El ojo vago

Dale fuego a un hombre y estará caliente un día, pero préndele fuego y estará caliente el resto de su vida. Terry Pratchett

Mi foto
Nombre:
Lugar: Villava, Navarra, Spain

15.6.06

Los miserables

No, esto no va a ir de literatura, sino de malnacidos. Resulta que este año me ha dado por llenar una huertecita en mi pueblo: he puesto pimientos -del piquillo, del padrón y de escabeche-, cebollas, patatas, lechugas, alubias, tomates, pepinos y unas lechugas que compré en Italia y que han resultado ser una especie de berzas. También hay una mata llena de pacharanes allí cerca, así que tengo una cena completa (excepto el café y la cerveza. Quizá para el año que viene). El caso es que la cosa va bien: ya han salido tomatitos verdes, las cebollas están a punto, las lechugas se pueden recoger y lo demás tiene todo muy buena pinta (incluso las berzas italianas).
Ayer por la tarde fui a regar un poco (con agua del río: productos totalmente ecológicos, sin venenos ni nada) y, cuando estaba removiendo la tierra de las lechugas descubrí, enterrada, la parte de abajo de una. Y presentaba un limpio corte de cuchillo. Como suelo ver CSI, rápidamente comprendí que alguien había cogido una lechuga. Pregunté en casa, por si había sido alguien de mi familia, pero no. Algún malnacido me ha robado una lechuga. Lo que es peor: ha disfrutado del fruto de mi trabajo antes que yo. Y claro, eso jode. Hoy he visto en el super que tres lechugas cuestan 1 €. ¿Qué clase de miserable roba 33'3 céntimos? Y más teniendo en cuenta que, si llego a verle, una dentadura nueva cuesta bastante más: no creo que el riesgo merezca la pena. Allá él. Yo he contado las lechugas que quedan y como vuelva a faltar una tomaré otras medidas -ya que el derecho al pataleo lo estoy ejerciendo ahora mismo y sólo me sirve la primera vez-.


P.D.: aunque no estás leyendo esto, cabrón, espero que te hayas atragantado con la primera hoja que te metiste en la boca y hayas muerto ahogado con gran sufrimiento y agonía. Así revientes.

Etiquetas:

2 Comments:

Blogger Myrddyn said...

Jajaja, pues es mucho mejor. Así se le quitarán las ganas de comer nada.
El año que viene pondré un par de cactus por si acaso.

20:02  
Blogger David Martínez said...

Lo bueno de descubrir tarde que alguien que conoces que cuenta grandes historias tiene un blog es que decubres un montón de buenas historias, lo malo es que las descubres tarde, claro.

Animado por un título tan literario, he leido este relato, con estremecimiento ante el destino de la lechuga. Y mi pregunta es la siguiente:

¿Acaso no se pueden juntar ambos dos castigos y forzar a comer un cactus a esa persona a la que le has quitado la dentadura previamente?

14:11  

Publicar un comentario

<< Home