El ojo vago

Dale fuego a un hombre y estará caliente un día, pero préndele fuego y estará caliente el resto de su vida. Terry Pratchett

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Lugar: Villava, Navarra, Spain

16.5.06

Giro de Italia V: tras los pasos de Miguel Ángel

El martes nos levantamos pronto, para desayunar y mirar si había algún sitio más barato para dormir esa noche. El albergue de la juventud era más caro que la pensión (suplemento por bohemia, supongo), así que nos quedamos donde estábamos. Salimos a pasear por Florencia, otra hermosa ciudad llena de iglesias con coloridas fachadas. Nada que ver con lo que habíamos visto la noche anterior: una ciudad oscura y desierta llena de gente rara. Santa Mª Novella también estaba en obras: se ve que han decidido restaurar este año todos los monumentos italianos, justo cuando nosotros los visitábamos. En la catedral está construida la cúpula más grande del mundo: como nuestras piernas aún recordaban los 500 escalones de S. Pedro, no subimos a esta. Seguimos paseando hasta la casa de Dante, en cuya puerta había un actor declamando algo (no sé el qué, porque no le entendía tanto).
Hay una calle en Florencia donde están todas las tiendas de moda. Pero las caras, no creáis: Dolce Gabana, Armani, Armand Bassi... Hasta me aprendí los nombres. La típica calle en la que pulirse una visa en un momento. Por suerte, no soy un adicto a la moda y pasé de largo. Pronto vimos que no sólo la tienda d eArmani era cara: también las pizzerías y restaurantes. Al final, comimos en un Self Service que era más barato.
Ya con la tripa llena, nos dirigimos a la Galería de la Academia, a ver el David. Un ratico de fila y un museo en el que poco más que el David hay para ver. Eso sí, lo tienen cableado para medir las vibraciones. Y no dejan sacarle fotos. También sacamos alguna, aunque era más difícil que en la Sixtina, porque estaba vigilado por una guardia de seguridad bajita pero con muy mala leche -como puede confirmar Lirón, que osó llamarla chica y destapó así la caja de los truenos-. Era divertido sentarse a ver cómo la gente intentaba sacar fotos a escondidas y la otra patrullaba el lugar como un tiburón al acecho. La mejor táctica la usaron una pareja de españoles: primero la chica amagó una fotografía hasta que Tiburón fue a decirle que no. Mientras la despistaba, su novio grababa en video todo lo que quería. Más tarde, les dejé en el baño mi opinión sobre su política de fotos no.
Como la comida seguía siendo igual de cara que por la mañana, decidimos comprar la cena en un supermercado: mozzarella, tomates, atún, mahonesa, salami y todas las warradas que encontramos para hacernos bocadillos. Dejamos todo eso en la pensión y nos dimos otra vuelta: encontramos unas murallas tras las cuales había una enorme muestra de artesanía. Apunto estuve de comprarme allí el sombrero de Indiana Jones. No el suyo, claro, sino el mismo modelo. Molaba, pero era bastante caro. También descubrimos un centro comercial subterráneo lleno de gente y tiendas (más baratas que las de la calle de la moda, eso sí) y que, además, servía para cruzar las calles sin temor a un atropello. Destaca también la Piazza della Signoria, con montones de réplicas de estatuas famosas y una fuente dedicada a Neptuno (podéis verla detrás de la ragazza de la foto, que posó amablemente para nuestras cámaras).
Como ya llevábamos todo el día andando -aquí no cogimos ni un autobús-, nos fuimos a la pensión a cenar. Estábamos digiriendo los bocadillos cuando escuchamos una bronca tremenda en la calle. Nos asomamos a la ventana (no es que seamos cotillas: es que gritaban muchísimo) y vimos a un tío y una tía chillandose en el bar de abajo. Escuchamos ahí el insulto del viaje; no dejéis de utilizarlo si tenéis la ocasión: infame cornuto. Lo mejor de las broncas eran los insultos que se decían: infame cornuto, individuo di merda, modales di porco... Geniales.

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3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Jur, yo en Florencia estuve en un albergue que era bastante barato, visto lo visto... Creo recordar que se llamaba Sta. Monaca, y salía por 16 euros la noche, si no me equivoco. Sin desayuno, eso sí. Lo malo era que estaba al otro lado del río, con lo que había que andar un trecho hasta el centro.
Yo hice la excursión al revés que tú, empecé por Pisa (una maiga estaba allí de Erasmus), Florencia, Roma, Pisa de nuevo y una excursión a Lucca.
Los trenes eran mortales, no sé si es que iban demasiado rápido, pero me pasé todo el viaje de Florencia a Roma con dolor de oídos porque se me iban taponando a cada rato :(

13:21  
Blogger Myrddyn said...

Sí, ese albergue era el que buscábamos, pero estaba completo. y los trenes, como casi siempre cogimos de los baratos, serían más lentos que los tuyos. Y de todos modos, me parecieron mucho mejores que los de aquí.

15:56  
Anonymous Anónimo said...

Yo también cogí trenes baratos, a ver qué te crees.
En general más baratos que en España, pero mejores que aquí? no sé yo qué decirte... Yo me monté en uno que tenía los asientos hechos una mierda, y los reposacabezas eran de una gomaespuma dura que era incomodísima. Y luego monté en otro que era muy chulo, con compartimentos de seis.
Pero vamos, prefiero mil veces el Altaria o el Talgo 200 (que también valen una fortuna, pero bueno)

20:59  

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