Viento negro, fuego y acero
Ya estoy de vuelta tras el paréntesis de Semana Santa. Es una vuelta efímera, porque el viernes me voy de viaje a Italia, así que puede que esto sea lo último que sepáis de mí. Al menos hasta el mes que viene. Es probable que el avión sea a pedales y se caiga por el camino, o que me pierda en Italia y no vuelva, o cualquier otra cosa, pero en principio el día 1 volveré (probablemente con muchas cosas que contar).
Pero no venía yo a decir eso. En Semana Santa me fui a mi pueblo y una de las noches me dio por ver Conan. Ya la había visto, claro, pero unos días antes la vi en un hipermercado, en un paquetico con Master & Commander y Braveheart y me lo compré.
La verdad es que tenía el temor de que mis recuerdos fueran superiores a la realidad, que es lo que -demasiado a menudo- suele pasar con películas y series de cuando eras niño. Pero no: he de decir que ha envejecido bastante bien (mejor que Schwarzenegger y Jorge Sanz -Conan y Conan niño, para quien no lo sepa-, seguro) . También he de decir que la vi bebiendo unos cubatas, lo que le saca mucho más jugo a las películas. De hecho, casi se convirtió en una comedia. Pero es que ahora reconozco las múltiples referencias posteriores que hay en otras películas, comics, libros, discos de Manowar y Gigatrón... Mención especial para Cohen, el bárbaro del Mundodisco.
Bueno, todos sabréis de qué va el argumento, pero por si acaso aviso que voy a contar el final. La cosa empieza en un poblado en el que Jorge Sanz está decidiendo qué hacer con su vida: duda entre aprender inglés, ya que no entiende nada de lo que su padre le está diciendo (o, al menos, no da muestras de ello, ni le contesta) o algo de esgrima, pues el pueblo en el que vive parece peligrosillo. Se decanta por el inglés y la encargada es su madre adoptiva -no se parecen ni en el blanco del ojo-, por lo que ya no volvemos a ver al padre -si realmente lo era- hasta que muere. Desgraciadamente, no tiene tiempo de aprender ni una palabra cuando el pueblo es atacado por una horda de ecologistas exaltados -su escudo es un sol, una luna y dos serpientes y tienen perros y caballos-, que han ido para evitar que los pobladores sigan haciendo hogueras y talando árboles en medio del bosque y deciden que lo mejor es exterminar a los mayores y llevarse a los niños para reeducarlos. Como la mayoría de los habitantes había tomado la misma decisión que Jorgito no son una fuerte oposición, pues hay conflictos que sólo se pueden resolver a golpes y no hablando. La madre lo intenta pero es decapitada con su propia espada delante de Jorge, que no dice nada porque no sabe palabra alguna, pero se queda con la cara del asesino.
Los ecologistas-serpiente se llevan a todos los niños encadenados, pero piensan que Jorgito es mudo ya que, al contrario que los otros, no habla ni para quejarse de los educativos latigazos. Por esa razón, deciden venderlo como esclavo a un granjero: un ecologista mudo no tiene ningún futuro. En la granja, lo ponen a empujar una enorme y pesada noria con otros niños. Se ve que el granjero estaba en contra de contratar inmigrantes y se decantó por los niños, que salen más baratos y duran más tiempo. En la noria, Jorge siguió sin aprender ni una palabra, pero se hizo fuerte como un mulo. Tan fuerte se hizo que el granjero lo dejó solo en la noria, empujando sin ayuda de nadie, mientras los otros esclavos iban ascendiendo en el escalafón de la granja. Conviene aclarar que únicamente eran esclavos en el sentido de que no les pagaban y les daban latigazos. Por lo demás, comían bien y tomaban el sol, cosa que hizo que a Jorge se le aclarara el pelo y se le curtieran los músculos.
Un día, el granjero se fijó en que su mujer miraba mucho al esclavo mudo y decidió evitar tentaciones echándolo a una arena a pelear. Como no sabía pelear ni pedir clemencia, se quitaría el problema de encima rápidamente. Sin embargo, no le salió bien. Al principio, Jorge no hacía más que recibir, creyendo que el otro sólo quería ser su amigo. Cuando empezaron a dolerle las heridas, sin embargo, empezó a defenderse y acabó por destrozar el otro cráneo. Su amo vio que podía sacar dinero de aquello y le sometió a un duro entrenamiento (el profesor oriental le daba tortas en la cara por sujetar mal la espada) para perfeccionar su técnica. Jorge se dio cuenta de que si hubiera decidido aprender esgrima en lugar de inglés habría evitado mucho de todo aquello, pero no cejó en su empeño y fue aprendiendo palabras en la arena: muere, lucha, arg, mi cabeza y algunos otros improperios. Pronto cambió su nombre, porque Jorge no suena muy fiero que digamos. Debido a su corto vocabulario, Conan fue la palabra elegida (esto no queda claro, pero creo que lo sacó de un tío que iba paseando a su perro). Estos fueron sus mejores momentos, pues acabó por aprender bastante de espadas y de palabras, tenía más comida y una cama y no tenía que empujar la noria. De vez en cuando, su amo le metía mujeres en la celda, con lo que descubrió los placeres de la carne. Las que iban a la celda lloraban y temblaban de miedo, así que es posible que las primeras hubieran fallecido en sus manos, bien estranguladas o engullidas en un ataque de hambre, pues nadie le había explicado a Conan qué tenía que hacer.
Llegó un momento en el que Conan sufría más para ganar las peleas, así que su amo lo soltó en el desierto con un taparrabos. Luego dijo a su mujer que se lo habían comido los lobos, cosa que habría ocurrido si no hubiera caído casualmente a una antigua tumba de un guerrero. Krom admite los expolios, así que cogió la espada del guerrero y se hizo un abrigo con los pellejos de los lobos. Unos días después, encontró a una mujer (evidentemente practicante del más antiguo oficio del mundo) que le invitó a pasar a su casa. La chica le enseñó cosas que no había aprendido con las miedicas que su amo le enviaba, pero Conan no conocía el funcionamiento de esos contratos carnales y no quiso pagarle -tampoco tenía dinero, de todos modos-, por lo que la chica se enfadó mucho y trató de asesinarlo. Conan, al primer arañazo, vio que el sado no le gustaba y tiró a la pobre chica al fuego. Aprovechó las llamas para prepararse la cena y algo de comida para el viaje y se largó de allí.
No tardó en encontrar a Bigote Arrocet, medio muerto de hambre porque su último espectáculo no había ido bien. Le dio de comer y discutieron de religión. Como Bigote sabía manejar el arco y las flechas, se lo llevó de compañero en busca de los ecologistas-serpiente. Llegaron a una ciudad en la que pronto les ofrecieron drogas, alcohol y mujeres. Las dos primeras impidieron que pudieran aprovechar a las terceras, así que siguieron de juerga por la calle (memorable la escena en que Conan da un puñetazo a un camello con el que tropieza) hasta que vieron una fortaleza de los serpientes. Según les dijo un viandante, habían montado franquicias por la mayoría de las ciudades, y Conan decide entrar en ésta, a ver si averigua algo. En los alrededores encuentran a una rubia ladrona que se une a su expedición. Una vez dentro se dan cuenta de que los ecologistas, con los años, se han convertido en una secta bastante destructiva y probablemente satánica, y que van a sacrificar a una chiquilla. Como son ladrones, en lugar de rescatar a la chica se dedican a buscar objetos de valor: encuentran un pozo lleno de joyas -y de esqueletos-, pero al coger la más grande despiertan a la mascota de la torre, una enorme serpiente a la que decapitan cuando se acerca a darles la bienvenida, sin preguntar siquiera. Huyen como pueden de la torre y se van a celebrarlo: Conan lo celebra con la Rubia, a la que conquista dándole la joya más grande, en una larga noche de pasión. No se sabe nada de Bigote.
Al día siguiente, desayunando, les meten droga en el café con leche y son llevados ante el rey, que primero les chilla por ser ladrones y luego les pide que vayan a la sede central de la secta-serpiente a ver si pueden rescatar a su hija, seducida por el líder. Bigote tiene mucha resaca y pocas ganas de pelear, y Conan se asusta cuando la Rubia le habla de amor, así que sale por piernas dejando a los otros dos. Se encuentra con un supuesto mago claramente homosexual del que se hace amigo rápidamente, y que le indica dónde está la sede central de los hombres serpiente. Se dirige allí y seduce a un acólito para robarle la túnica y un talismán que muestra a los vigilantes para entrar. Desgraciadamente, no reconoce al cantante de Iron Maiden, uno de los jefes, que sospecha algo y hace que lo capturen. El jefe de la secta ni siquiera recuerda al niño mudo cuya madre decapitó hace años, lo que hace que Conan aún se enfade más. Cosa que no le sirve de nada, porque le dan una paliza y lo dejan atado en el desierto para que se lo coman los buitres. La cosa da la vuelta cuando Conan se come a uno de los buitres, pero eso no le da fuerzas suficientes para escapar. Cuando ya empezaba a tener alucinaciones, aparecen Bigote y la Rubia y lo rescatan. Conan ya no puede seguir eludiendo el compromiso con ella y se hacen novios oficialmente. Hasta después de que la muerte los separe, incluso. Deciden volver a la guarida de las serpientes, y se infiltran por una entrada trasera que Conan no había visto en su primera visita. Conan piensa que, después de todo, no es mal metodo el que emplearon los serpientes en su pueblo, y comienza a exterminar a unos cuantos. No sin dificultad, encuentran a la hija del rey y se la llevan contra su voluntad. El cantante de los Maiden está muy cabreado, porque él mismo había criado a la serpiente que mataron en la otra fortaleza, y coge un martillo más grande que él para perseguirles. Sin embargo, falla su golpe y a punto está de derribar toda la fortaleza. En la confusión los buenos escapan, pero el líder de la secta dispara una serpiente amaestrada con un arco (????) y da en la Rubia, que muere envenenada. Conan no llora, pero Bigote y el Mago, que empiezan a ser muy amiguitos, sí.
Más tarde, en una escena típica del Equipo A, preparan la defensa de su campamento, pues sospechan (porque ella misma se lo dice) que los serpiente irán a rescatar a la princesa. El ataque no tarda en producirse y comprobamos dos cosas: una, que realmente el destino de Conan era pelear y no ser profesor de lengua; dos, que las trampas que preparan no sirven para nada: sólo una de ellas funciona, y mata al de los Maiden cuando perseguía a Conan con el martillo pilón. La Rubia vuelve de entre los muertos (para eso eran novios) para salvar a Conan cuando otro de los jefes estaba a punto de ensartarlo. Podemos ver la cara de alivio de Conan cuando la Rubia desaparece de una vez por todas. El líder de la secta, al ver cómo su flamante ejército es superado por tres hombres -bueno, uno y medio en realidad, porque el Mago y Bigote no hacen mucho-, huye despavorido. La princesa, al sentirse abandonada por su líder, reniega de su fe y se une a Conan.
Conan sigue el líder hasta la guarida, lo captura y emplea su mismo método: le corta la cabeza. Parece sencillo, pero le cuesta un rato, pues el líder no tiene cuello: su cabeza está directamente unida al tronco y Conan tiene que cortarla como si fuera jamón. Después, muestra la cabeza a los acólitos que quedan allí y la lanza al vacío. La cabeza cae con un ruido característico. Después, coge una peana con una hoguerita y la lanza contra el templo, que a pesar de ser de piedra arde como una de esas casas japonesas de papel.
La última escena nos muestra a las dos parejitas (Conan y la princesa y el Mago y Bigote) cabalgando hacia el horizonte, mientras una profética voz en off nos dice que Conan llegó a gobernar otros territorios por sus propios méritos.
Ya sabéis, si tenéis ocasión de ver esta película, no la desaprovechéis. Hasta el mes que viene.
Pero no venía yo a decir eso. En Semana Santa me fui a mi pueblo y una de las noches me dio por ver Conan. Ya la había visto, claro, pero unos días antes la vi en un hipermercado, en un paquetico con Master & Commander y Braveheart y me lo compré.
La verdad es que tenía el temor de que mis recuerdos fueran superiores a la realidad, que es lo que -demasiado a menudo- suele pasar con películas y series de cuando eras niño. Pero no: he de decir que ha envejecido bastante bien (mejor que Schwarzenegger y Jorge Sanz -Conan y Conan niño, para quien no lo sepa-, seguro) . También he de decir que la vi bebiendo unos cubatas, lo que le saca mucho más jugo a las películas. De hecho, casi se convirtió en una comedia. Pero es que ahora reconozco las múltiples referencias posteriores que hay en otras películas, comics, libros, discos de Manowar y Gigatrón... Mención especial para Cohen, el bárbaro del Mundodisco.
Bueno, todos sabréis de qué va el argumento, pero por si acaso aviso que voy a contar el final. La cosa empieza en un poblado en el que Jorge Sanz está decidiendo qué hacer con su vida: duda entre aprender inglés, ya que no entiende nada de lo que su padre le está diciendo (o, al menos, no da muestras de ello, ni le contesta) o algo de esgrima, pues el pueblo en el que vive parece peligrosillo. Se decanta por el inglés y la encargada es su madre adoptiva -no se parecen ni en el blanco del ojo-, por lo que ya no volvemos a ver al padre -si realmente lo era- hasta que muere. Desgraciadamente, no tiene tiempo de aprender ni una palabra cuando el pueblo es atacado por una horda de ecologistas exaltados -su escudo es un sol, una luna y dos serpientes y tienen perros y caballos-, que han ido para evitar que los pobladores sigan haciendo hogueras y talando árboles en medio del bosque y deciden que lo mejor es exterminar a los mayores y llevarse a los niños para reeducarlos. Como la mayoría de los habitantes había tomado la misma decisión que Jorgito no son una fuerte oposición, pues hay conflictos que sólo se pueden resolver a golpes y no hablando. La madre lo intenta pero es decapitada con su propia espada delante de Jorge, que no dice nada porque no sabe palabra alguna, pero se queda con la cara del asesino.
Los ecologistas-serpiente se llevan a todos los niños encadenados, pero piensan que Jorgito es mudo ya que, al contrario que los otros, no habla ni para quejarse de los educativos latigazos. Por esa razón, deciden venderlo como esclavo a un granjero: un ecologista mudo no tiene ningún futuro. En la granja, lo ponen a empujar una enorme y pesada noria con otros niños. Se ve que el granjero estaba en contra de contratar inmigrantes y se decantó por los niños, que salen más baratos y duran más tiempo. En la noria, Jorge siguió sin aprender ni una palabra, pero se hizo fuerte como un mulo. Tan fuerte se hizo que el granjero lo dejó solo en la noria, empujando sin ayuda de nadie, mientras los otros esclavos iban ascendiendo en el escalafón de la granja. Conviene aclarar que únicamente eran esclavos en el sentido de que no les pagaban y les daban latigazos. Por lo demás, comían bien y tomaban el sol, cosa que hizo que a Jorge se le aclarara el pelo y se le curtieran los músculos.
Un día, el granjero se fijó en que su mujer miraba mucho al esclavo mudo y decidió evitar tentaciones echándolo a una arena a pelear. Como no sabía pelear ni pedir clemencia, se quitaría el problema de encima rápidamente. Sin embargo, no le salió bien. Al principio, Jorge no hacía más que recibir, creyendo que el otro sólo quería ser su amigo. Cuando empezaron a dolerle las heridas, sin embargo, empezó a defenderse y acabó por destrozar el otro cráneo. Su amo vio que podía sacar dinero de aquello y le sometió a un duro entrenamiento (el profesor oriental le daba tortas en la cara por sujetar mal la espada) para perfeccionar su técnica. Jorge se dio cuenta de que si hubiera decidido aprender esgrima en lugar de inglés habría evitado mucho de todo aquello, pero no cejó en su empeño y fue aprendiendo palabras en la arena: muere, lucha, arg, mi cabeza y algunos otros improperios. Pronto cambió su nombre, porque Jorge no suena muy fiero que digamos. Debido a su corto vocabulario, Conan fue la palabra elegida (esto no queda claro, pero creo que lo sacó de un tío que iba paseando a su perro). Estos fueron sus mejores momentos, pues acabó por aprender bastante de espadas y de palabras, tenía más comida y una cama y no tenía que empujar la noria. De vez en cuando, su amo le metía mujeres en la celda, con lo que descubrió los placeres de la carne. Las que iban a la celda lloraban y temblaban de miedo, así que es posible que las primeras hubieran fallecido en sus manos, bien estranguladas o engullidas en un ataque de hambre, pues nadie le había explicado a Conan qué tenía que hacer.
Llegó un momento en el que Conan sufría más para ganar las peleas, así que su amo lo soltó en el desierto con un taparrabos. Luego dijo a su mujer que se lo habían comido los lobos, cosa que habría ocurrido si no hubiera caído casualmente a una antigua tumba de un guerrero. Krom admite los expolios, así que cogió la espada del guerrero y se hizo un abrigo con los pellejos de los lobos. Unos días después, encontró a una mujer (evidentemente practicante del más antiguo oficio del mundo) que le invitó a pasar a su casa. La chica le enseñó cosas que no había aprendido con las miedicas que su amo le enviaba, pero Conan no conocía el funcionamiento de esos contratos carnales y no quiso pagarle -tampoco tenía dinero, de todos modos-, por lo que la chica se enfadó mucho y trató de asesinarlo. Conan, al primer arañazo, vio que el sado no le gustaba y tiró a la pobre chica al fuego. Aprovechó las llamas para prepararse la cena y algo de comida para el viaje y se largó de allí.
No tardó en encontrar a Bigote Arrocet, medio muerto de hambre porque su último espectáculo no había ido bien. Le dio de comer y discutieron de religión. Como Bigote sabía manejar el arco y las flechas, se lo llevó de compañero en busca de los ecologistas-serpiente. Llegaron a una ciudad en la que pronto les ofrecieron drogas, alcohol y mujeres. Las dos primeras impidieron que pudieran aprovechar a las terceras, así que siguieron de juerga por la calle (memorable la escena en que Conan da un puñetazo a un camello con el que tropieza) hasta que vieron una fortaleza de los serpientes. Según les dijo un viandante, habían montado franquicias por la mayoría de las ciudades, y Conan decide entrar en ésta, a ver si averigua algo. En los alrededores encuentran a una rubia ladrona que se une a su expedición. Una vez dentro se dan cuenta de que los ecologistas, con los años, se han convertido en una secta bastante destructiva y probablemente satánica, y que van a sacrificar a una chiquilla. Como son ladrones, en lugar de rescatar a la chica se dedican a buscar objetos de valor: encuentran un pozo lleno de joyas -y de esqueletos-, pero al coger la más grande despiertan a la mascota de la torre, una enorme serpiente a la que decapitan cuando se acerca a darles la bienvenida, sin preguntar siquiera. Huyen como pueden de la torre y se van a celebrarlo: Conan lo celebra con la Rubia, a la que conquista dándole la joya más grande, en una larga noche de pasión. No se sabe nada de Bigote.
Al día siguiente, desayunando, les meten droga en el café con leche y son llevados ante el rey, que primero les chilla por ser ladrones y luego les pide que vayan a la sede central de la secta-serpiente a ver si pueden rescatar a su hija, seducida por el líder. Bigote tiene mucha resaca y pocas ganas de pelear, y Conan se asusta cuando la Rubia le habla de amor, así que sale por piernas dejando a los otros dos. Se encuentra con un supuesto mago claramente homosexual del que se hace amigo rápidamente, y que le indica dónde está la sede central de los hombres serpiente. Se dirige allí y seduce a un acólito para robarle la túnica y un talismán que muestra a los vigilantes para entrar. Desgraciadamente, no reconoce al cantante de Iron Maiden, uno de los jefes, que sospecha algo y hace que lo capturen. El jefe de la secta ni siquiera recuerda al niño mudo cuya madre decapitó hace años, lo que hace que Conan aún se enfade más. Cosa que no le sirve de nada, porque le dan una paliza y lo dejan atado en el desierto para que se lo coman los buitres. La cosa da la vuelta cuando Conan se come a uno de los buitres, pero eso no le da fuerzas suficientes para escapar. Cuando ya empezaba a tener alucinaciones, aparecen Bigote y la Rubia y lo rescatan. Conan ya no puede seguir eludiendo el compromiso con ella y se hacen novios oficialmente. Hasta después de que la muerte los separe, incluso. Deciden volver a la guarida de las serpientes, y se infiltran por una entrada trasera que Conan no había visto en su primera visita. Conan piensa que, después de todo, no es mal metodo el que emplearon los serpientes en su pueblo, y comienza a exterminar a unos cuantos. No sin dificultad, encuentran a la hija del rey y se la llevan contra su voluntad. El cantante de los Maiden está muy cabreado, porque él mismo había criado a la serpiente que mataron en la otra fortaleza, y coge un martillo más grande que él para perseguirles. Sin embargo, falla su golpe y a punto está de derribar toda la fortaleza. En la confusión los buenos escapan, pero el líder de la secta dispara una serpiente amaestrada con un arco (????) y da en la Rubia, que muere envenenada. Conan no llora, pero Bigote y el Mago, que empiezan a ser muy amiguitos, sí.
Más tarde, en una escena típica del Equipo A, preparan la defensa de su campamento, pues sospechan (porque ella misma se lo dice) que los serpiente irán a rescatar a la princesa. El ataque no tarda en producirse y comprobamos dos cosas: una, que realmente el destino de Conan era pelear y no ser profesor de lengua; dos, que las trampas que preparan no sirven para nada: sólo una de ellas funciona, y mata al de los Maiden cuando perseguía a Conan con el martillo pilón. La Rubia vuelve de entre los muertos (para eso eran novios) para salvar a Conan cuando otro de los jefes estaba a punto de ensartarlo. Podemos ver la cara de alivio de Conan cuando la Rubia desaparece de una vez por todas. El líder de la secta, al ver cómo su flamante ejército es superado por tres hombres -bueno, uno y medio en realidad, porque el Mago y Bigote no hacen mucho-, huye despavorido. La princesa, al sentirse abandonada por su líder, reniega de su fe y se une a Conan.
Conan sigue el líder hasta la guarida, lo captura y emplea su mismo método: le corta la cabeza. Parece sencillo, pero le cuesta un rato, pues el líder no tiene cuello: su cabeza está directamente unida al tronco y Conan tiene que cortarla como si fuera jamón. Después, muestra la cabeza a los acólitos que quedan allí y la lanza al vacío. La cabeza cae con un ruido característico. Después, coge una peana con una hoguerita y la lanza contra el templo, que a pesar de ser de piedra arde como una de esas casas japonesas de papel.
La última escena nos muestra a las dos parejitas (Conan y la princesa y el Mago y Bigote) cabalgando hacia el horizonte, mientras una profética voz en off nos dice que Conan llegó a gobernar otros territorios por sus propios méritos.
Ya sabéis, si tenéis ocasión de ver esta película, no la desaprovechéis. Hasta el mes que viene.
2 Comments:
¿Y qué me dices de todas esas pelis que salieron al rebufo de Conan? Si Conan resulta hilarante con el paso de los años, el ver una de los gemelos barbaros italianos y partirse el pecho por tres sitios es una misma cosa.
Droga dura, vamos.
Aunque Conan no es mala del todo, se nota la mano de John Millius. Su secuela es mucho peor.
Como curiosidad adicional, la madre de Jorge Sanz es la Nadiuska, esa que salía en las peliculas de destape hace la hueva (y ésa ha envejecido peor que los otros dos, hace poco la sacaron por la tele y prácticamente estaba hecha una mendiga).
Yo llegué a aprenderme el monólogo inicial de la banda sonora de Conan, comento.
Si es que tú eres un friki!
Oye, qué forma de narrar la peli de Conan, eh?
Joder, ya está la loca del segundo friendo sardinas a las 6 de la tarde... qué peste!
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