El ojo vago

Dale fuego a un hombre y estará caliente un día, pero préndele fuego y estará caliente el resto de su vida. Terry Pratchett

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Lugar: Villava, Navarra, Spain

4.4.06

Vitamina G

Homer Simpson, el gran pensador del s XX, dijo una vez: "Las mujeres son como las cervezas: huelen bien, saben bien y pisotearías a tu padre por conseguir una. Pero cuando la tienes no puedes parar y tienes que probarlas todas." O algo así. Que me perdone si lo he citado mal. Se capta la idea, ¿no?
No voy a hablar de mujeres -quizá otro día-, sino de cervezas. Como estoy en el paro, viviendo de las rentas, uno de mis pasatiempos es la buena vida: película con un cáliz de Optimo Bruno (nótese que es la dirección de esta página), libro con una Guinness... Así que he decidido que los profanos en el asunto deben aprender a beber una cerveza como Arthur Guinness manda. Y qué mejor néctar para empezar que ella: la cerveza para las tardes de invierno, el café irlandés, la de la espuma cremosa, la más oscura del mundo, la vitamina G, la que da nombre al libro de los records... Estoy hablando, por si alguien no ha pillado las pistas, de Guinness, ese líquido oscuro que aparece en los vasos de las películas británicas cuando los personajes entran a algún local a refrescar el gaznate. Y una de mis preferidas; ¿se me nota?
Bien. Antes de empezar a beber hay que tirarla -al vaso, no al suelo-. Todos habéis visto cómo son los típicos vasos de Guinness, más anchos arriba que abajo (para disfrutar más del aroma). Si la tomáis en un bar con caña, tardarán un rato en servirla porque tienen que dejarla reposar según el ritual: desconfiad si pedís una Guinness y el vaso tarda menos de cinco minutos en aparecer ante vuestros ojos. En caso de que os la toméis en casa -es lo que estoy haciendo en este momento-, podéis tener una botella o una lata. Da igual: ambas tienen un mecanismo consistente en un plástico que flota en el líquido y que hace que la espuma salga cremosa como la de la caña. No cometáis el error de echarla de un golpe y desde muy arriba, porque el mecanismo no habrá servido para nada. Hay que echarla con algo de cuidado (tampoco excesivo, porque queremos espuma) al borde del vaso. Ahí ya empezaréis a disfrutar con el sonido que hace al caer. No olvidéis ir enderezando el vaso conforme se va llenando, porque si no se os caerá la cerveza al suelo. Y eso debería estar penado por la ley.
Si lo habéis hecho bien (y, si no, es cuestión de práctica. No os desaniméis), tendréis un vaso lleno hasta el borde y con uno o dos dedos de espuma blanca y cremosa como la de un café. Podéis dibujar tréboles o lo que queráis en la espuma si os apetece. Cuidado: no hay que empezar a beber. Si observáis el contenido, veréis que más que una cerveza parece una de esas lámparas de lava. Hay que dejarla reposar hasta que se quede negra como el corazón de un político. Mientras tanto, ya estáis disfrutando con la vista, viendo como va subiendo la cosa y adquiriendo su color.








¿Ya? Ahora debería tener este aspecto.
¿Sí? Pues podéis cogerla y acercarla a vuestros labios. Antes de probarla, su aroma os golpeará en las narices y sentiréis la espuma en vuestros labios. Notaréis el frescor en la boca y, por último, su sabor. En la página dicen que tras un gusto inicial a malta y caramelo, termina con un amargor tostado y seco. A mí me sabe a madera de barco. No es que me coma todos los días un galeón pirata, pero supongo que sabría así. En cualquier caso, como ya os la estáis trincando, no es necesario que os diga a qué sabe: tragad y disfrutad. Y no apartéis la espuma.
¿Habéis terminado? ¿Toda? Muy bien, así me gusta. Habéis de saber que en este rato vuestros cinco sentidos han gozado de lo mejor que las islas británicas han aportado a la humanidad. No olvidéis limpiaros el labio superior, que seguro que tenéis un bigote blanco. Esto de los cinco sentidos lo digo porque el otro día se lo comenté a uno de mi pueblo y me miró como a un lunático. Pues ahora ya te lo he demostrado, así que a callar. Y no soy un alcohólico, ¿eh?, que sólo he bebido una.

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6 Comments:

Blogger Myrddyn said...

Hala, cabrones, ya tenéis una nueva entrada. Aprovecho que hace poco que fue San Patricio y pongo unas fotos de Guinness.
y dejad de meterme presión, que me pongo nervioso y saco la escopeta.

16:46  
Blogger Malevolant Alice ¬¬ * said...

graagghhhhhhh cervceeeeeeeezaaaaaaa... ghhh

tu nick viene del ciclo pendragón del señor stephen lawhead, no?
por curiosidad.. aunque supongo que myrddyn debe de aparecer en unos cuantos libros mas XD

hola, solo quería dejar constancia de mi visita! :D

17:15  
Blogger Myrddyn said...

Pues sé bienvenida, Alice. Has acertado el libro del que saqué el nombre. El premio es una Guinness de las de arriba. Puedes tomártela cuando quieras ;).

Los demás os quedáis con las ganas, hala.

21:42  
Blogger david said...

¡Y un pene! Chaval, con la sed y el mono que me ha entrado leyéndote (rozas la pornografía, pero en lo etílico) a la que salga de aquí me voy a ir a comer a un puto irlandés, y adivina qué voy a tomar para beber, yum.

Y luego más tarde una Optimo Bruno, sí señor, para empezar con buen pie la noche.

13:24  
Blogger Perro De Lobo said...

Me asalta una duda de esas trascendentales ahora que leo tu método de escanciar ¿lo de echar la guinness en dos tiempos es sólo para la de grifo? Yo lo había probado con lata y botella con resultados satisfactorios.

10:46  
Blogger Myrddyn said...

Hombre, también se puede hacer, pero el resultado final es parecido a echarla de una vez (cosa que no ocurre con la de grifo). Cada maestrillo tiene su librillo, ya sabes.

18:51  

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