Declaración de intenciones
Antes de empezar a meterme en faena tengo que decir de qué va a ir esto, como prometí. No vaya a ser que alguien venga aquí buscando sesudos análisis de economía internacional. Para evitar confusiones, he aquí una declaración de intenciones. Viene a ser como un contrato, así que si no cumplo algo podéis denunciarme.
- La página se titula El ojo vago porque tengo ojos y porque soy vago. También es un plagio (el título, no el contenido) de una columna que escribía Andrés Aberasturi hace muchísimos años en una revista -Lo digo por si acaso-, pero lo importante es lo otro. Que tenga ojos implica que aqui hablaré de lo que haya visto: películas, conciertos, televisión, libros... No sólo eso: lo que perciba con los otros sentidos también aparecerá (discos, cervezas, vivencias...). Una vez aclarado el contenido (es decir, cualquier cosa) hay que explicar lo de vago. Lo soy y lo asumo. Y vosotros deberéis hacer lo mismo: habrá semanas en las que escriba una entrada cada día, pero habrá otras en las que no haya ninguna. O sea, que no entréis todos los jueves esperando un artículo nuevo porque puede que no lo haya. Dependerá del tiempo y las ganas que tenga. Y de que tenga algo medianamente interesante que contar, claro.
- Cuando digo todo, me refiero a todo: lo mismo puede haber una historia mitológica que un comentario sobre Salsa Rosa. Soy bastante friki, así que podréis encontrar cosas muy raras.
Sí, también hablaré alguna vez de fútbol. Sobre todo ahora que Osasuna va tan bien, directo a la liga de campeones. Intentaré no meterme con el Madrid y el Athletic de Bilbao, aunque me costará horrores.
- Como ya expliqué ayer, lo de los nombres verdaderos no me gusta, así que usaré motes cuando hable de otra gente. Como dicen en las series, cualquier coincidencia con la realidad (en lo que a nombres se refiere) es pura coincidencia.
- Estoy seguro de que la vida es una gran broma cósmica y, como no estoy seguro de si al final me van a explicar el chiste, procuro reirme ahora todo lo posible. Así que no os enfadéis si alguna vez hago bromas sobre algún tema que consideréis demasiado serio.
En cuanto al estilo:
- Si hay algún miembro de la Real Academia en la sala, puede estar tranquilo. Soy un hombre de letras, así que estoy casi seguro de que no voy a cometer faltas de ortografía. O es altamente improbable, al menos.
- La palabra hablar es sinónimo de escribir en este blog, claro.
- Si no lo especifico directamente, siempre seré yo el autor de las palabras que leáis (lo digo por las denuncias).
- Lo de la economía del lenguaje no lo aplico a mis escritos, así que supongo que soy un pesado: si puedo decir algo en tres líneas, no lo hago en una.
- No encontraréis nada de lenguaje políticamente correcto aquí: no va a haber ciudadanos y ciudadanas, hombres y mujeres, personas de color, nativos americanos, etc. Me rechinan los dientes cada vez que oigo o leo algo de eso. Sé que usarlo iría más en consonancia con lo que he dicho arriba de la no economía, ya que eso alarga las frases una barbaridad, pero no puedo. Es superior a mí.
- Algún día colocaré una foto mía en la página. Primero tengo que encontrar una que haga justicia a mi belleza exterior (la interior ya la iréis viendo).
- El aspecto de la página es provisional. O permanente, ya veré. De momento tengo que ir aprendiendo cómo funciona esto y luego ya iré cambiando o añadiendo cosas. O no. La vagancia también cuenta.
- Soy el jefe, así que tengo todo el poder. Procuraré no hacerlo, pero entra dentro de lo posible que alguna vez borre algún comentario -como puede corroborar el desdichado que escribió el primero, aunque fue más por probar la papelera (por suerte, escribió también el segundo y sigue siendo quien estrenó la página de comentarios)-. Al fin y al cabo, no tengo que rendir cuentas a nadie: esto es una dictadura.
Creo que eso es, a grandes rasgos, todo lo que necesitáis saber. Pero si queda alguna duda, consultad con vuestro farmacéutico. Se me olvidaba: si hay algún farmacéutico o algún criador de palomas por aquí, le recomiendo que se busque otro sitio. Es más que probable que algún día lea palabras que hieran su sensibilidad.
Lo próximo que leáis será ya la morralla habitual, no contratos y presentaciones sin sentido.
- La página se titula El ojo vago porque tengo ojos y porque soy vago. También es un plagio (el título, no el contenido) de una columna que escribía Andrés Aberasturi hace muchísimos años en una revista -Lo digo por si acaso-, pero lo importante es lo otro. Que tenga ojos implica que aqui hablaré de lo que haya visto: películas, conciertos, televisión, libros... No sólo eso: lo que perciba con los otros sentidos también aparecerá (discos, cervezas, vivencias...). Una vez aclarado el contenido (es decir, cualquier cosa) hay que explicar lo de vago. Lo soy y lo asumo. Y vosotros deberéis hacer lo mismo: habrá semanas en las que escriba una entrada cada día, pero habrá otras en las que no haya ninguna. O sea, que no entréis todos los jueves esperando un artículo nuevo porque puede que no lo haya. Dependerá del tiempo y las ganas que tenga. Y de que tenga algo medianamente interesante que contar, claro.
- Cuando digo todo, me refiero a todo: lo mismo puede haber una historia mitológica que un comentario sobre Salsa Rosa. Soy bastante friki, así que podréis encontrar cosas muy raras.
Sí, también hablaré alguna vez de fútbol. Sobre todo ahora que Osasuna va tan bien, directo a la liga de campeones. Intentaré no meterme con el Madrid y el Athletic de Bilbao, aunque me costará horrores.
- Como ya expliqué ayer, lo de los nombres verdaderos no me gusta, así que usaré motes cuando hable de otra gente. Como dicen en las series, cualquier coincidencia con la realidad (en lo que a nombres se refiere) es pura coincidencia.
- Estoy seguro de que la vida es una gran broma cósmica y, como no estoy seguro de si al final me van a explicar el chiste, procuro reirme ahora todo lo posible. Así que no os enfadéis si alguna vez hago bromas sobre algún tema que consideréis demasiado serio.
En cuanto al estilo:
- Si hay algún miembro de la Real Academia en la sala, puede estar tranquilo. Soy un hombre de letras, así que estoy casi seguro de que no voy a cometer faltas de ortografía. O es altamente improbable, al menos.
- La palabra hablar es sinónimo de escribir en este blog, claro.
- Si no lo especifico directamente, siempre seré yo el autor de las palabras que leáis (lo digo por las denuncias).
- Lo de la economía del lenguaje no lo aplico a mis escritos, así que supongo que soy un pesado: si puedo decir algo en tres líneas, no lo hago en una.
- No encontraréis nada de lenguaje políticamente correcto aquí: no va a haber ciudadanos y ciudadanas, hombres y mujeres, personas de color, nativos americanos, etc. Me rechinan los dientes cada vez que oigo o leo algo de eso. Sé que usarlo iría más en consonancia con lo que he dicho arriba de la no economía, ya que eso alarga las frases una barbaridad, pero no puedo. Es superior a mí.
- Algún día colocaré una foto mía en la página. Primero tengo que encontrar una que haga justicia a mi belleza exterior (la interior ya la iréis viendo).
- El aspecto de la página es provisional. O permanente, ya veré. De momento tengo que ir aprendiendo cómo funciona esto y luego ya iré cambiando o añadiendo cosas. O no. La vagancia también cuenta.
- Soy el jefe, así que tengo todo el poder. Procuraré no hacerlo, pero entra dentro de lo posible que alguna vez borre algún comentario -como puede corroborar el desdichado que escribió el primero, aunque fue más por probar la papelera (por suerte, escribió también el segundo y sigue siendo quien estrenó la página de comentarios)-. Al fin y al cabo, no tengo que rendir cuentas a nadie: esto es una dictadura.
Creo que eso es, a grandes rasgos, todo lo que necesitáis saber. Pero si queda alguna duda, consultad con vuestro farmacéutico. Se me olvidaba: si hay algún farmacéutico o algún criador de palomas por aquí, le recomiendo que se busque otro sitio. Es más que probable que algún día lea palabras que hieran su sensibilidad.
Lo próximo que leáis será ya la morralla habitual, no contratos y presentaciones sin sentido.
Etiquetas: Opinión
2 Comments:
Así que el ojo vago. Qué original. A ver, tenemos el observador inútil, el ojo vago, el oligofrénico perezoso, el mandril dormitante, el funcionario, el gato sesteante... Internet es el imperio del porno porque los vagos no se mueven, que si no...
En cualquier caso espero que tengas activado eso de que las respuestas te vayan al correo y, así, te metan algo de presión para que actualices esto, que creas impaciencia. Y como muestra cito una conversación del msn, que tiene nombres, pero dado que esos nombres son nicks que uno puede cambiar los nombres no tienen por qué corresponderse con los auténticos de sus interlocutores. Es más, podrían no ser dos interlocutores, sino uno solo, con esquizofrenia, o esconder detrás de algún nick múltiples personas coordinadas. Hay más alternativas pero ya me he cansado de desvariar, así que ha llegado la hora de pulsar Control + V
David dice:
tía, que el Myrddyn se nos ha echao blog! me emociona más que que se eche novia :')
Irene dice:
ya he estao leyendo... pero no escribe na el cabrón de él!
David dice:
ya, es un perro
David dice:
nada que no supiésemos
David dice:
pero se le puede meter presión haciéndole comentarios.
Irene dice:
jajajaja
Irene dice:
si es que los lee, que no estoy yo muy segura...
David dice:
digo yo que tendrá puesto lo de que le vayan al correo
Irene dice:
o no... es Myrddyn, no se sabe nuncca muy bien qué esperar de él...
David dice:
un reguero de palomas muertas ocasionalmente punteado de mininos espanzurriaos.
Yo gano al mus a quien haga falta.
En cuanto a los anónimos del msn -o anónimo, si sólo era uno; o tres, pero uno muy tímido-, sí que me avisa en el correo de las respuestas. Lo malo es que miro el correo una vez a la semana (como mucho), así que...
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