El ojo vago

Dale fuego a un hombre y estará caliente un día, pero préndele fuego y estará caliente el resto de su vida. Terry Pratchett

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Lugar: Villava, Navarra, Spain

21.11.08

Reir y pensar III (Ignobel 2008)

El otro día leí en el periódico que una universidad inglesa había realizado un estudio con una conclusión apabullante: el alcohol hace que veamos más atractivos a los demás. Pues sí que... Yo, como borracho profesional, siempre he sabido que hay que restar medio punto de la nota que pondría a la chica por cada cubata bebido, y que no hay mujer fea sino cubata de menos. El mismo Groucho Marx ya decía "yo bebo para hacer interesantes a las demás personas".
El estudio consistía en emborrachar a un grupo de personas y luego pasarles fotos de gente. Lógicamente, a los borrachos les parecían más guapos que al grupo de control (serenos todos).
Inmediatamente recordé los premios Ignobel, pues éstos eran candidatos seguros. Pero resulta que los de este año ya están repartidos, así que tendré que esperar al año que viene. Por de pronto, aunque con retraso, aquí os dejo con los premiados del 2008:

-NUTRICIÓN: M. Zampini, de la Universidad de Trento, y C. Spence, de la de Oxford, por modificar electrónicamente el sonido de una patata frita para hacer creer al que se la come que es más fresca y crujiente de lo que en realidad es. [Cabrones]

-PAZ: el Comité Federal Suizo de Ética en Biotecnología No Humana y los ciudadanos de Suiza por aprobar el principio legal de que las plantas tienen dignidad. [El mero hecho de crear un comité con semejante nombrecito ya merece premio]

-ARQUEOLOGÍA: A. G. Mello Araujo y J. C. Marcelino, de la Universidad de Sao Paulo, por medir cómo el curso de la historia -o al menos los contenidos de una excavación arqueológica- pueden ser modificados por los actos de un armadillo vivo. [Los viajes en el tiempo ya no son el único factor que puede dejar el mundo irreconocible]

-BIOLOGÍA: M-C. Cadiergues, C. Joubert y M. Franc, de la Escuela Nacional de Veterinaria de Toulousse, por descubrir que las pulgas que viven en los perros saltan más alto que las que viven en los gatos. [Me pregunto cómo hicieron para medir la altura de los saltos. Y para coger las pulgas]

-MEDICINA: D. Ariely, de la Universidad de Duke, R. L. Waber, del Instituto Tecnológica de Massachusetts, B. Shiv, de la universidad de Stanford, y Z. Carmon, del INSEAD de Singapur, por demostrar que los placebos caros son más efectivos que los baratos. [Esto no es nuevo: cuando se duda entre dos productos similares, se tiende a comprar el más caro creyendo que será mejor]

-CIENCIA COGNITIVA: T. Nakagaki, de la Universidad de Hokkaido, H. Yamada, de Nagoya, R. Kobayashi, de la Universidad de Hiroshima, A. Tero, de la Agencia japonesa de Ciencia y Tecnología, y A. Tóth, de la Universidad de Szeged (Hungría), por descubrir que los mohos mucilaginosos pueden resolver puzles. [No he sido capaz de traducir mejor el nombre de la cosa esa (slime molds). Ni siquiera tengo muy claro si son animales o plantas -más bien parecen lo segundo-. Si hay algún biólogo por aquí que nos lo aclare. El caso es que uno logró salir de un laberinto]


-ECONOMÍA: G. Miller, J. Tybur y B. Jordan, de la Universidad de Nuevo Méjico, por descubrir que las bailarinas eróticas profesionales consiguen más propinas cuando están ovulando. [Éstos seguro que no tuvieron problemas para conseguir voluntarios para el trabajo de campo]

-FÍSICA: D. Raymer, del Instituto Oceanográfico de Estados Unidos, y D. Smith, de la universidad de California, por probar matemáticamente que es inevitable que los montones de cuerdas, pelo o casi cualquir otra cosa se enreden y se hagan nudos. [¿Qué tendrá eso que ver son los océanos?]

-LITERATURA: David Sims, de la Escuela de Negocios Cass (Londres), por su cariñoso estudio: Bastardo: una exploración narrativa sobre la indignante experiencia en las organizaciones.

-QUÍMICA: A. A. Umpierre, de la Universidad de Puerto Rico, J. A. Hill, del Centro de Fertilidad de Nueva Inglaterra, y D. Anderson, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Boston y la Escuela Médica de Harvard, por descubrir que la Cocacola es un efectivo espermicida. Pero también a Chuang-Ye Hong, de la Universidad Médica de Taipei, por descubrir que no lo es.

Yo confío más en el de Taipei, que bebo muchos cubatas. Y si estáis pensando que le pagó Cocacola, tenéis que saber que llegó a la misma conclusión con la Pepsi. Por otra parte, puede que sea una defensa para lo del primer estudio: ya que con alcohol es más fácil ligar, que sea más difícil el embarazo no deseado.

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