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Por alguna razón que desconozco, mi programa de correo ha vuelto a pedirme la contraseña para recibir mensajes. Yo, sin sospechar lo que se me venía encima, la he introducido. Muy graciosamente, han ido apareciendo los mensajes que ya había recibido y leído (y borrado) en todo el 2008. Según iban entrando por una puerta yo los sacaba por la otra, así que me he quedado con la curiosidad de saber el número total de mensajes que allí había (por suerte, ya no estoy apuntado a ninguna lista de correo). La distribución temática era más o menos así:
- 1% de mensajes de ese par de amigos con buena voluntad pero más cansos que matar un cuto a besos, que reenvían toda esa morralla de powerpoints con hermosas fotos y mensajes bienintencionados que cualquier día de estos solucionarán los problemas de la humanidad a base de besos y abrazos.
- 1% de "por si acaso..." Todo tipo de mensajes-amuleto para vivir muchos años, follar más (y mejor) que Nacho Vidal, hacerte rico o -si no los reenvías- que se te caiga la polla a pedazos, te atropelle un tranvía o un grupo de orangutanes en celo te secuestre y te sodomice hasta que pidas la muerte a gritos. Por si hay alguien que lo dude: cuando empecé en esto de internet, hace ya muchos años, los reenviaba por si acaso y ahora ya no lo hago. Ni antes me tiré a Pamela Anderson ni ahora se ha quemado mi casa.
- 3% de mensajes normales: amigos reales o virtuales que te cuentan, consultan, dan o piden tal o cual cosa. Echo de menos cuando la mayoría de los mensajes eran así.
- 1% de mensajes de esos mismos amigos con videos, sonidos o cuentos, graciosos, curiosos o indignados con alguna situación. Este porcentaje también ha bajado mucho, porque todo el mundo tiene un blog y pone esas cosas allí.
- 2% de mensajes "oficiales", de cuando me registro en una página, compro algo, lo pago, pierdo una contraseña o consulto una duda al administrador. También incluyo aquí las noticias de algunos grupos musicales (en muchos casos ni recordaba haberme apuntado, pero bueno).
- 3% de publicidad de páginas en las que estoy registrado: al menos, estos se lo curran y te mandan lo que parece que te puede interesar.
- 90% de mierda puta: aquí hay de todo. A saber:
Viagra y sucedáneos (¿para qué creen que entro a una página guarra si no me funciona? ¿Para leer los artículos de sociedad?), alargadores de penes (lo mismo. Aunque puede que crean que me ha encogido por no reenviar esos mensajes de la suerte), páginas de contactos (ya. Que se puede fiar uno mucho de las fotos que la gente manda a esos sitios) y ruegos de supuestamente hermosas chicas que están enamoradas de mí en secreto y quieren que visite su web para que las satisfaga. Y, aunque lo parezca, no es que me tire todo el tiempo viendo tías en bolas. Basta con una visita para tener una docena de mensajes al día siguiente.
Los ganadores del premio ignobel de literatura del año 2005 siguen enviando, aunque menos que en aquel año, las historias de los dictadores africanos que necesitan ayuda para traer su dinero a Europa.
Cartas de todos los bancos de España (algunos ni siquiera los conocía) y alguno del extranjero diciendo que tienen problemas con mi cuenta y necesitan verificar los datos. ¿De verdad hay gente que pica con esto?
Un tal Paolo (debí conocerlo en mi viaje a Italia, pero no lo recuerdo) ha insistido muchas veces en que conoce el mejor casino on line del mundo. También tengo un par de mensajes del primer Eurocasino de la historia. No sé si será al que se refiere Paolo.
Decenas de ofertas para créditos hipotecarios, tarjetas de crédito que no te cobran nada y demás productos financieros. Claro que, viendo la de problemas que tienen luego con las cuentas virtuales, a ver quién es tan osado de contratar uno de esos servicios.
Tentadoras ofertas de trabajo: currando un par de minutos al día podréis cobrar casi lo mismo que Cristiano Ronaldo. No entiendo cómo puede seguir habiendo vacantes. Yo no contesto porque tanto tiempo libre acabaría matándome de aburrimiento, que si no...
Imitaciones de Rolex y otros productos de lujo: al menos éstos no mienten. Directamente dicen que son falsos. ¿Para qué quieres un Lotus si puedes tener un magnífico Lorus por menos de la mitad de precio?
Lo mejor de todo son los nombres del remitente: la mayoría mezclan el inglés y el euskera o castellano, para que te suenen y piques. ¿Y no sería mejor usar un mismo idioma para el nombre y el apellido? ¿Quién coño se va a llamar Johnny Iriberri o Ion Newton? Que todo puede ser, claro, pero no creo que haya tanta gente que mezcle idiomas en su nombre. Curiosamente, todos son viejos amigos míos.
Este año, también he renunciado a una gran cantidad de premios: Audis (casi siempre es el coche sorteado), dinero, casas, viajes... Además de los que he perdido por no ir a rellenar una sencilla encuesta. A mí es que las riquezas mundanas no me interesan: soy feliz con mi blog , mi mula y mi winamp. ¿Para qué quiero más?
Eso sí, los más impactantes de todos han sido dos enviados por Raimundo Earl y Gena Villanueva. Se ve que en su momento los borré sin mirarlos, porque no los recordaba. El título de los mensajes decía, respectivamente ¿Qué clase de Dios mata a los primogénitos de Egipto? y Cristo no murió realmente en la cruz. Los he leido, emocionado: me esperaba, al menos, una secta pidiendo mis posesiones terrenales a cambio de una pastilla de cianuro para que me reciban en el paraíso en unos minutos. Sin embargo, ha resultado una pequeña decepción: sólo ofrecían unos nuevos medicamentos. Supongo que evitarán que venga un ángel a tu casa y te asesine (aunque para eso basta con tener un hermano mayor) o que te desangres si te crucifican. Que la cosa tiene miga, también, pero no me digáis que no habría molado más la secta autodestructiva.
Tampoco el spam es tan aburrido: sólo hay que leer todo lo de seis meses de golpe. Además, tengo que ir acostumbrando a mi cerebro a los excesos, que ya están aquí los Sanfermines. A ver si quedo una noche con Paolo, John, Ion, Raimundo y Gena, que tienen pinta de ser unos cachondos.
- 1% de mensajes de ese par de amigos con buena voluntad pero más cansos que matar un cuto a besos, que reenvían toda esa morralla de powerpoints con hermosas fotos y mensajes bienintencionados que cualquier día de estos solucionarán los problemas de la humanidad a base de besos y abrazos.
- 1% de "por si acaso..." Todo tipo de mensajes-amuleto para vivir muchos años, follar más (y mejor) que Nacho Vidal, hacerte rico o -si no los reenvías- que se te caiga la polla a pedazos, te atropelle un tranvía o un grupo de orangutanes en celo te secuestre y te sodomice hasta que pidas la muerte a gritos. Por si hay alguien que lo dude: cuando empecé en esto de internet, hace ya muchos años, los reenviaba por si acaso y ahora ya no lo hago. Ni antes me tiré a Pamela Anderson ni ahora se ha quemado mi casa.
- 3% de mensajes normales: amigos reales o virtuales que te cuentan, consultan, dan o piden tal o cual cosa. Echo de menos cuando la mayoría de los mensajes eran así.
- 1% de mensajes de esos mismos amigos con videos, sonidos o cuentos, graciosos, curiosos o indignados con alguna situación. Este porcentaje también ha bajado mucho, porque todo el mundo tiene un blog y pone esas cosas allí.
- 2% de mensajes "oficiales", de cuando me registro en una página, compro algo, lo pago, pierdo una contraseña o consulto una duda al administrador. También incluyo aquí las noticias de algunos grupos musicales (en muchos casos ni recordaba haberme apuntado, pero bueno).
- 3% de publicidad de páginas en las que estoy registrado: al menos, estos se lo curran y te mandan lo que parece que te puede interesar.
- 90% de mierda puta: aquí hay de todo. A saber:
Viagra y sucedáneos (¿para qué creen que entro a una página guarra si no me funciona? ¿Para leer los artículos de sociedad?), alargadores de penes (lo mismo. Aunque puede que crean que me ha encogido por no reenviar esos mensajes de la suerte), páginas de contactos (ya. Que se puede fiar uno mucho de las fotos que la gente manda a esos sitios) y ruegos de supuestamente hermosas chicas que están enamoradas de mí en secreto y quieren que visite su web para que las satisfaga. Y, aunque lo parezca, no es que me tire todo el tiempo viendo tías en bolas. Basta con una visita para tener una docena de mensajes al día siguiente.
Los ganadores del premio ignobel de literatura del año 2005 siguen enviando, aunque menos que en aquel año, las historias de los dictadores africanos que necesitan ayuda para traer su dinero a Europa.
Cartas de todos los bancos de España (algunos ni siquiera los conocía) y alguno del extranjero diciendo que tienen problemas con mi cuenta y necesitan verificar los datos. ¿De verdad hay gente que pica con esto?
Un tal Paolo (debí conocerlo en mi viaje a Italia, pero no lo recuerdo) ha insistido muchas veces en que conoce el mejor casino on line del mundo. También tengo un par de mensajes del primer Eurocasino de la historia. No sé si será al que se refiere Paolo.
Decenas de ofertas para créditos hipotecarios, tarjetas de crédito que no te cobran nada y demás productos financieros. Claro que, viendo la de problemas que tienen luego con las cuentas virtuales, a ver quién es tan osado de contratar uno de esos servicios.
Tentadoras ofertas de trabajo: currando un par de minutos al día podréis cobrar casi lo mismo que Cristiano Ronaldo. No entiendo cómo puede seguir habiendo vacantes. Yo no contesto porque tanto tiempo libre acabaría matándome de aburrimiento, que si no...
Imitaciones de Rolex y otros productos de lujo: al menos éstos no mienten. Directamente dicen que son falsos. ¿Para qué quieres un Lotus si puedes tener un magnífico Lorus por menos de la mitad de precio?
Lo mejor de todo son los nombres del remitente: la mayoría mezclan el inglés y el euskera o castellano, para que te suenen y piques. ¿Y no sería mejor usar un mismo idioma para el nombre y el apellido? ¿Quién coño se va a llamar Johnny Iriberri o Ion Newton? Que todo puede ser, claro, pero no creo que haya tanta gente que mezcle idiomas en su nombre. Curiosamente, todos son viejos amigos míos.
Este año, también he renunciado a una gran cantidad de premios: Audis (casi siempre es el coche sorteado), dinero, casas, viajes... Además de los que he perdido por no ir a rellenar una sencilla encuesta. A mí es que las riquezas mundanas no me interesan: soy feliz con mi blog , mi mula y mi winamp. ¿Para qué quiero más?
Eso sí, los más impactantes de todos han sido dos enviados por Raimundo Earl y Gena Villanueva. Se ve que en su momento los borré sin mirarlos, porque no los recordaba. El título de los mensajes decía, respectivamente ¿Qué clase de Dios mata a los primogénitos de Egipto? y Cristo no murió realmente en la cruz. Los he leido, emocionado: me esperaba, al menos, una secta pidiendo mis posesiones terrenales a cambio de una pastilla de cianuro para que me reciban en el paraíso en unos minutos. Sin embargo, ha resultado una pequeña decepción: sólo ofrecían unos nuevos medicamentos. Supongo que evitarán que venga un ángel a tu casa y te asesine (aunque para eso basta con tener un hermano mayor) o que te desangres si te crucifican. Que la cosa tiene miga, también, pero no me digáis que no habría molado más la secta autodestructiva.
Tampoco el spam es tan aburrido: sólo hay que leer todo lo de seis meses de golpe. Además, tengo que ir acostumbrando a mi cerebro a los excesos, que ya están aquí los Sanfermines. A ver si quedo una noche con Paolo, John, Ion, Raimundo y Gena, que tienen pinta de ser unos cachondos.
Etiquetas: Historias
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