No me descargaré ilegalmente esta película
Me he hecho la promesa de que la frase que da título a esta entrada va a ser lo único que destripe de la película de los Simpson. Pero no pongo la mano en el fuego.
Fuimos ayer por la tarde a verla, a la sesión de las cinco de la tarde (no podía esperar más). Era una sala abarrotada de niños -la que tenía detrás no paró de darme patadas en el asiento-: si no hubieran ido acompañados por sus padres, habríamos sido los más viejos del lugar. Si a eso le sumamos el infernal calor que no invitaba para nada a salir de casa (aunque el cine tiene aire acondicionado) y que las últimas temporadas de la serie han perdido mucho, pues durante unos segundos dudé si ir. Sólo unos segundos, claro: tras 18 años de diversión gratuita, creo que Matt Groening se ha ganado mis 5 € (era el día del espectador).
En semejante sala-guardería, la cosa tenía muchos boletos para que acabara odiando la película con toda mi alma. Sin embargo, en cuanto apareció Rasca, los niños callaron durante la hora y media de metraje. Se han reído, lógicamente, pero yo me reía más fuerte y todos contentos. A pesar de las patadas de la niña. Hasta unos adolescentes que teníamos delante dejaron sus hormonas fuera de la sala.
Y es que la película apenas deja descanso a la mandíbula. Hay un ratico tranquilo, pero desafío a cualquiera que salga del cine sin haberse carcajeado más de una vez. Viene a ser un episodio de hora y media: Antena 3 ya ha llegado a empalmar tres seguidos, pero al menos aquí no hay casi publicidad.
Por si no lo habéis captado entre líneas, la película está a la altura de las mejores temporadas. Por supuesto que en una hora y media de chistes hay algunos un poco malos, pero las mandíbulas desencajadas son algo que a nadie gusta -excepto a Rocco Siffredi-.
Peleas, motos, cerveza, antorchas y una bola de demolición. Los ingredientes básicos para el triunfo. Además, hay cameos, amor, desamor, un oso, nieve, destrucción, guiños para frikis... Es decir, lo mismo que en la serie pero multiplicado por tres.
Me estoy agarrando los dedos para no contar nada más, así que será mejor que vaya terminando: salen prácticamente todos los personajes secundarios que tan grande han hecho la serie, aunque la mayoría apenas hablan (y yo eché en falta al actor secundario Bob).
En resumen, que ya podéis ir a verla. Os lo dice un incondicional de la serie -aunque, ahora que lo pienso iba bastante predispuesto a que me gustara, así que no soy muy de fiar-. Los que la conocen y la aman no quedarán decepcionados. Supongo que no habrá mucha gente que no la conozca, y a los que no les gusta que se multipliquen por cero. Desde luego, podéis esperar a que cierta mula os la deje en casa, pero corréis peligro de que os destripen la mitad de los chistes antes de eso y, para verla con sombras de gente y con risas fantasmas, mejor gastaros el dinero.
Por último, un aviso para esa gente con la mala costumbre de largarse sin ver los créditos: por una vez, no lo hagáis. Ayer hubo un montón de pringaos que se fueron aun después de ver que había más escenas entre los créditos: pobres miserables...
Fuimos ayer por la tarde a verla, a la sesión de las cinco de la tarde (no podía esperar más). Era una sala abarrotada de niños -la que tenía detrás no paró de darme patadas en el asiento-: si no hubieran ido acompañados por sus padres, habríamos sido los más viejos del lugar. Si a eso le sumamos el infernal calor que no invitaba para nada a salir de casa (aunque el cine tiene aire acondicionado) y que las últimas temporadas de la serie han perdido mucho, pues durante unos segundos dudé si ir. Sólo unos segundos, claro: tras 18 años de diversión gratuita, creo que Matt Groening se ha ganado mis 5 € (era el día del espectador).
En semejante sala-guardería, la cosa tenía muchos boletos para que acabara odiando la película con toda mi alma. Sin embargo, en cuanto apareció Rasca, los niños callaron durante la hora y media de metraje. Se han reído, lógicamente, pero yo me reía más fuerte y todos contentos. A pesar de las patadas de la niña. Hasta unos adolescentes que teníamos delante dejaron sus hormonas fuera de la sala.
Y es que la película apenas deja descanso a la mandíbula. Hay un ratico tranquilo, pero desafío a cualquiera que salga del cine sin haberse carcajeado más de una vez. Viene a ser un episodio de hora y media: Antena 3 ya ha llegado a empalmar tres seguidos, pero al menos aquí no hay casi publicidad.
Por si no lo habéis captado entre líneas, la película está a la altura de las mejores temporadas. Por supuesto que en una hora y media de chistes hay algunos un poco malos, pero las mandíbulas desencajadas son algo que a nadie gusta -excepto a Rocco Siffredi-.
Peleas, motos, cerveza, antorchas y una bola de demolición. Los ingredientes básicos para el triunfo. Además, hay cameos, amor, desamor, un oso, nieve, destrucción, guiños para frikis... Es decir, lo mismo que en la serie pero multiplicado por tres.
Me estoy agarrando los dedos para no contar nada más, así que será mejor que vaya terminando: salen prácticamente todos los personajes secundarios que tan grande han hecho la serie, aunque la mayoría apenas hablan (y yo eché en falta al actor secundario Bob).
En resumen, que ya podéis ir a verla. Os lo dice un incondicional de la serie -aunque, ahora que lo pienso iba bastante predispuesto a que me gustara, así que no soy muy de fiar-. Los que la conocen y la aman no quedarán decepcionados. Supongo que no habrá mucha gente que no la conozca, y a los que no les gusta que se multipliquen por cero. Desde luego, podéis esperar a que cierta mula os la deje en casa, pero corréis peligro de que os destripen la mitad de los chistes antes de eso y, para verla con sombras de gente y con risas fantasmas, mejor gastaros el dinero.
Por último, un aviso para esa gente con la mala costumbre de largarse sin ver los créditos: por una vez, no lo hagáis. Ayer hubo un montón de pringaos que se fueron aun después de ver que había más escenas entre los créditos: pobres miserables...
1 Comments:
Yo creo que tampoco me descargaré ilegalmente esta película.
«La Federación de Consumidores en Acción (FACUA) advierte que la copia y descarga de música y películas sin ánimo de lucro y la utilización de programas para eliminar los sistemas anticopia es y será legal, puesto que no están tipificadas como delito en la reforma del Código Penal, que entrará en vigor el próximo 1 de octubre.»
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