1000: cuando el fútbol es arte

La noche pasada aproveché que estaba aburrido en el curro y me entretuve escribiendo la entrada que ahora podéis leer. Una larga perorata en la que felicitaba a Romario porque acaba de marcar su gol número mil (aquí podéis ver la lista que ha hecho él mismo). No entraba en el terreno personal, porque mil goles son mil goles y la cosa tiene bastante mérito como para obviar las mil polémicas en las que se ha visto envuelto.
Decía que había escrito una extensa parrafada sobre Romário de Souza Faria, pero tras buscar en Youtube, me he quedado sin palabras (o casi) y me voy a limitar a poner el video que responde a la eterna pregunta ¿qué coño tiene el fútbol que os gusta tanto?


Pues eso: sólo añadiré que los que más recordaba yo son la cola de vaca al Madrid (el pobre Alkorta sólo puede quedarse mirándolo con los ojos como platos) y uno de los dos que marcó a Osasuna en el Sadar (2-3 ganaron, los malditos), elevándola con un sólo toque sobre el portero tras un pase mirando al tendido -marca de la casa- del genial Michael Laudrup.
Tampoco os perdáis detalle de la vaselina al Atlético de Madrid y del gol sin dejarla caer a la Real Sociedad.

En realidad, es mejor que no os perdáis ninguno (y si os habéis quedado con ganas de más, los hay a mansalva. Estos son sólo un ejemplo). Al portero que lo veía llegar lo mismo le daba bajarse los pantalones y agacharse, porque hiciera lo que hiciera el balón acababa en las mallas. Y parecía fácil, además, cosa que en esto del balompié suele ser el indicio más claro de genialidad (anda que no fallé yo goles en mis tiempos de fútbol de patio intentando imitarlo).

Pura magia.